Me cuesta admitir que me acuerdo de esos días todavía, que
antes de dormirme imagino cada instante y pienso en que pude haber hecho, ¿No
has sentido nunca que has tenido una oportunidad en la vida y no has sabido
aprovecharla? Pues esa impotencia la tengo hecha un nudo en mi garganta, esas
ganas de ir a buscarte y verte otra vez, con esa mirada, esa sonrisa, que
aunque suene típico, nunca antes me había mirado así antes nadie y había conseguido
que yo sintiese esa sensación de “Por fin, aquí estas”, he llorado de felicidad
por tan solo esos instantes en los que me abrazabas y íbamos de la mano
borrachos hacia el próximo concierto, cuando tenías frio y te deje mi sudadera,
cuando me decías “Quiero conocerte, no quiero hacerte daño” nunca nadie había hecho
que las lágrimas acabaran en una sonrisa, que desee saber más de ti, de
levantarme antes que tú y esperar a que salieses de esa tienda de campaña, y
poder darte los buenos días, eres la razón por la que dejo el móvil a un lado
para no hacerme ver que lo único que espero es un mensaje tuyo, aunque solo sea
un emoticono, en que tan solo me preguntes “¿Qué haces?” me duele tanto que
hayan pasado 2 meses y que sienta que eso paso hace un par de minutos…¿Qué has
hecho con la Noe que no quería enamorarse otra vez? Que haces que no estás
conmigo haciéndote un peta.
jueves, 2 de julio de 2015
jueves, 29 de enero de 2015
A pesar de tenerle ,le cogía de la mano y a cada paso que
daba me sentía más y más vacía, sus ojos me miraban intentando comprenderme, yo
no sabía que esperanza buscar en sus labios, no sabía que sentir en cada minuto
que iba pasando, a cada paso un pedacito de mí se iba cayendo y él no hacía
nada para que eso no sucediera, pero no paraba de repetirme “Te haré feliz, no
dejare que llores” estaba llorando, estaba gritando y no veía más de sí mismo,
lo único que decía era lo que él creía que haría, lo que él pensaba que haría,
pero aun así yo no soltaba su mano, tenía miedo, a que se fuera…yo no quería que
nadie me hiciera el daño que él me hacía, yo le contemplaba, contemplaba como a
cada paso a cada abrazo él se llevaba
una parte de mí, dejando una y otra vez ese vacío que llenaba con sus mentiras.
Ya nada era de color, todo era de un triste gris que se iba
apagando, a pesar de eso, no podía hacer otra cosa que seguir enamorada de su
manera de destrozarme, de su ironía…de su manera de hipnotizarme, de no dejarme
huir aunque una parte de mi lo viera como algo necesario, como una salvación,
una extraña manera de ver algo de color en todo ese túnel, ¿Cómo podía ser tan
ciega? ¿Cómo podía quererme tan poco a misma? Pero a pensar de cada grito que
pegara mis pensamientos yo estaba con una venda en los ojos, yo no tenía más
que la mirada fija en él, “No, no, no” me repetía en un grito agudo, “Corre”, y
allí seguía yo inmóvil, quieta…así era yo, él se acercó, dio un paso hacia
delante, yo avance con él, se acercó a mi cuello, hasta llegar a mi oreja, y en
un susurro casi sin aliento dijo “ Soy la perdición que tanto anhelas”
¿Yo quería eso? ¿Quería perderme? No, no lo sabía, no sabía
nada, finalmente le aparte, y acabe derrumbándome sobre mis piernas, un llanto,
un llanto lleno de preguntas, que finalmente hizo que el miedo se cobijara
dentro de mí, y cada pensamiento se convirtiera en mis fantasmas, en mis
propios fantasma, frutos de mi cobardía, de mi conformismo, él soltó un “Te
quiero” que llego como una puñalada, pero ya estaba tan vacía que no podía
sentir nada, solo me cobijaba en mis fantasma, en mi excusas, excusas para
encontrar valentía aunque eso no fuese más que ponerme a su nivel, le grite,
por fin, con todas mis fuerzas con todo mi ser, y al secarme las lágrimas, me
di cuenta, que aún seguía atrapada, que él se había ido, pero su fantasma
estaba aún en mi cabeza, yo vivía en mi pasado.
Publicado por ; en 11:27 0 pensamientos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)